Ya nos queda poco, al menos a los de Santiago. Mañana partimos, de vuelta a casa. Hay que aprovechar los últimos momentos en esta santa casa.
La mañana de hoy ha sido ya bastante normal, de acuerdo a nuestra planificación. En el invernadero hemos hecho un buen trabajo de limpieza de todas las hierbas y maleza que crece en los cultivos. En medio nos toca también ir a recoger fruta a un polígono camino de Pontevedra. Son muchas las donaciones que llegan a Cáritas, y hay que responder y acoger todas ellas, aunque en este caso sabemos que parte de la fruta va a ir a la basura, pues son muchos kilos y no se pueden almacenar mucho tiempo.
Y la tarde de hoy va a ser bastante original y nueva. A las 5 viene para charlar con nosotros, y darnos un pequeño testimonio de su vida y su tarea apostólica, D. Manuel Couceiro Cachaldora, párroco da Xunqueira, en Vilagarcía, muy implicado en la pastoral de Vilagarcía (dinamiza desde hace algún tiempo la Pascua Joven de Vilagarcía). Nos plantea muchas cuestiones y retos, de forma original.
Después salimos para asistir al funeral de Ramón, una de las personas habituales en el comedor. El tiempo atmosférico no nos acompaña y saboreamos ya la lluvia en medio de un atardecer oscuro.
Y al final de la tarde visitamos una exposición organizada por la asociación de familiares de enfermos con Alzheimer, que supone para nosotros un acercamiento bien documentado y experimental a esta enfermedad y todo lo que trae consigo.
Hoy cena un poco más libre, después de que Paco nos invitara a tomar algo en Vilagarcía, y a la camita. Hay que descansar para rematar bien la faena el último día.
