La vida del campo de trabajo va adelante. Ya estamos básicamente situados, controlando los trucos y rincones de la casa, los nombres y las caras de las personas, los caminos de ida y vuelta por las calles de Vilagarcía, las marchas y puertas de la furgoneta de Cáritas...
En el centro de día repiten hoy Alba, Andrea, María y Patricia. Mañana habrá cambio de guardia. Y en el invernadero hoy hemos sido los principales protagonistas, sobre todo porque ha faltado la mayoría de la gente habitual, y hemos sido conducidos por la batuta de Jesús y María. Hemos sido eficaces, y convenía serlo, pues hasta el lunes ya no se recoge el producto. Recogimos pimientos y judías. Hoy le tocó a César llevar las 6 cajas recogidas a la cooperativa. La báscula marcaba 58 kilos en total. Buen trabajo, chicas y chicos. Las cosas bien hechas bien están.
A media mañana nos enteramos de que Cristina está con su hijo Fabián en el hospital. Ya lo notábamos con mucha tos últimamente, y lo han dejado allí de momento en observación, para evitar neumonías y otras complicaciones. Te esperamos pronto, Fabián, aquí tienes tu pelota, que está muy triste y solitaria; y también Manu te reclama.
17 julio 2009
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